Camañas aparece ya mencionada en julio de 1174, cuando Alfonso II de Aragón, dio Fuero a Alfambra y entrega la zona a la orden del Santo Redentor o Montegaudio, creando la Encomienda de Alfambra. Entre los municipios que forman la encomienda se encuentra el villar de Camañas. En 1196 y hasta su disolución, pasó a ser una encomienda de la Orden del Temple, para terminar dependiendo de la Orden de San Juan de Jerusalén, quien mantiene el control de la localidad hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
En cuanto a administración, Camañas ha formado parte, de forma sucesiva, a la Encomienda del Temple (1196), aldea de la Comunidad de Aldeas de Teruel: sesma del Campo de Visiedo, a la sobrecullida de Montalbán (1488-1495), a la vereda de Montalbán (1646) y al corregimiento de Teruel (1711-1833). Se constituye como Ayuntamiento en 1834 y forma parte del partido judicial de Teruel.
Orígenes del nombre de la localidad

Existen varias versiones sobre el origen del nombre de Camañas.

Miguel Pascual Guillén cuenta:
«Todo arranca de los hechos que ocurrieron un día de ventisca. Esperaban en el pueblo a unas mozas que habían ido a argente. Tardaban mucho y salieron a esperarlas y entre la tormenta destacaba la voz del obispo que gritaba:
¡Venid acá, mañas, acá mañas¡».
Además de estas simpáticas líneas, el mismo autor señala otras versiones con más fundamentos. Se dice que el poblado como tal data del año 1251 en tiempos de Jaime I. Este rey permitió a la Orden del Temple que poblase con 5 hombres más la aldea de Camañas. Esta era un pequeño núcleo urbano en torno a la ermita de la Virgen del Consuelo. De todas maneras, existen restos de la antigüedad que nos hablan de tiempos muy pasados.